martes, 19 de febrero de 2019

Maratón de Sevilla 2019.- No hay mal que por bien no venga.

El pasado viernes se llevaba a cabo una noticia que ninguno de los que estamos colaborando organizando y ayudando para la celebración del IV Trail Sierra María Andrés de La Parra queríamos y fue la suspensión con el aplazamiento de dicha carrera por no tener los permisos adecuados para poder estar en la FEXME y poderse celebrar con normalidad una prueba de montaña. Todos nos llevamos un buen palo, un disgusto y una desilusión. Por mi parte me quedó bloqueado, no me esperaba eso en absoluto y hasta última hora tenía la esperanza de que los papeles nos los pudieran tramitar por parte de la Junta de Extremadura y de tráfico, pero no fue así y como digo antes me llevé un gran disgusto que me quedó muy tocado al tener siempre gran ilusión en la organización de esta carrera.

Todo esto ocurrió al mediodía del viernes y fue por la tarde en Mi tienda cuando se acercó mi compañero y amigo Jose Mari Nieto, que me comentaba de que él iba a la Maratón de Sevilla por un compañero y le comentaba la posibilidad de que si me hiciera de un dorsal, pues no me importaría ir a entrenar y a reciclarme un poco del disgusto que me había tomado. Al rato mi amiga y compañera de Valdigrejos Marian, me llama por teléfono para mandarme ánimos por lo ocurrido, ya que sabe cómo soy y como me tomo las cosas, y me dice la palabra mágica "nada es por casualidad". Por la noche tuvimos de nuevo una reunión en La Parra fue allí donde se calmaron un poco los ánimos  de todos, nos intentamos animar unos a otros y intentamos tirar para adelante con la nueva fecha propuesta por la FEXME, para el día 10 de marzo.

Ya el sábado por la mañana con el mismo disgusto pero en un modo más tranquilo empiezo a pensar la posibilidad real de pedirle el dorsal a mi amigo y compañero Emilio de club maratón Badajoz y hacer allí un entreno de calidad con vistas a la maratón de Badajoz que es el objetivo. Ya a media mañana me armo de valor lo negocio en casa y empiezo a preparar la furgoneta con la cama y decido irme a Sevilla. Me preparo en casa un poco de pasta para comer y a eso de las 18:30 o las 19:00 H me voy para la capital hispalense.

La idea era completar 30-32 km a un buen ritmo, aunque ya me empezaba a rondar por la cabeza él porqué no intentar acabarla a un ritmo inferior. Ya con el dorsal en la mano y habiendo saludado a los compis del club maratón Badajoz ,me tomo una pequeña porción de pasta con atún y busco un aparcamiento para dormir en la furgo. Me sitúo en el mismo paseo de las Delicias, Avenida dónde se daba la salida y la meta de la maratón y a unos 300-400 mtrs de ella fue donde pase la noche descansando bastante bien hasta las 6 de la mañana. A esa hora empiezo a sentir movimiento de  personas que ya van a preparar la carrera, voluntarios, Policía, pero ni aún así tenía yo el cosquilleo normal de antes de  cuando se va a correr una maratón entera, aunque me rondaba por la cabeza y cabía la posibilidad.

Tenía un dorsal con una numeración bastante alta y salida en el cajón de más de 4 horas y lo primero que hago es intentar meterme un poco más adelante para no perder mucho tiempo en la salida y correr con un grupo de corredores adecuado al ritmo que yo quería marcar, que era sobre 3:50 aproximadamente. La salida me encuentro con mi amigo Nacho, y me situaba con el en el cajón de 3 horas .

Se da la salida y desde el principio intento controlar muchísimo el ritmo 3:50 -3:55  que era el objetivo, tanto para entrenar como para intentar acabar la maratón siempre que no tuviera ninguna molestia ni nada por el estilo, ya que era muy probable por los pocos cuidados y los muchos entrenamientos de semana que llevé a cabo. En los primeros kilómetros todo me parecía rarísimo no asimilaba que estuviera corriendo una maratón, no asimilaba que la pudiera acabar, no asimilaba que no hubiera tenido la hidratación previa como de costumbre, no asimilaba que no hubiera tenido nervios días anteriores a la carrera, no asimilaba tantas cosas que hay que asimilar para enfrentarte a los 42 km, que me parecía un poco como una aventura nueva. Ante el gran nivel de la prueba éramos muchos los corredores que corríamos a esos ritmos y traía muy de cerca pegado detrás el globo de 2 horas 45 en el que pensaba que me podría meter, pero prefería ir un poco con menos gente, y así a un ritmo un pelín por encima. Empiezo a pasar parciales de 5 km y los ritmos medios van siendo 3:50. Iba súper cómodo, con algunas pequeñas sobrecargas en los soleos y cuádriceps,  normales de los entrenamientos exigentes de la semana con un último entrenamiento fuerte el jueves de algo más de 20 km con series a ritmo de maratón. En la primera parte del recorrido me era muy conocido ya que era el final de la anterior circuito, luego nos metemos por Triana y volvemos a salir al paseo de las Delicias en el kilómetro 12.
El paso por el kilómetro 10 lo hago en poco más de 38 minutos y seguimos como si tal cosa sin saber aún si acabaría la maratón o no, pero cada vez me encuentro más cómodo a ese ritmo y voy bastante sobrado pero nunca me fío de ese exceso de confianza en una maratón. Una vez encarado el paseo de las Delicias de nuevo por donde habíamos pasado en el inicio y llegado a torneo llevamos ya un grupo bastante definido de unos 8 o 10 corredores en el que el ritmo era 3:50 invariable. Hacemos bastantes kilómetros juntos muy cómodos y es a partir del 15 es  cuando decido ayudar al grupo y marcar el ritmo durante algunos kilómetros.  Tirando de ellos aún me encontraba más cómodo y me dejaba ir algunas veces ya que me envalentonaba y los ritmos salían un poco por encima de vez en cuando. Se acerca el paso de la media y en el kilómetro 20 se les une un compañero que les haría de liebre hasta el final de la carrera y se pone conmigo en cabeza. Pasamos la media maratón en 1 Hora 21 minutos 10 segundos ritmo óptimo de 3:50 de media. Me parece increíble lo comodísimo que voy y con los pocos preparativos de la semana que tuve para correr así, aunque pienso que si que llevo 7 semanas de entrenamientos bastante buenos en los que se que estoy asimilando bien y me da confianza. Llegado a ese punto no sé porqué y encontrándome tan cómodo empiezo a apretar los kilómetros y sacar una media de 3:45 o incluso algunos menos en los siguientes parciales. Un poco antes del kilómetro 30 me sitúo a la altura de mi amigo y compañero de Trujillo Paco Fernández Carrasco con el cual ya me había encontrado en algunas partes de la carrera.
Corremos algunos kilómetros juntos pero es cuando llegamos al Avenida de las Palmeras, pasando el campo del Betis cuando no sé si por mi ritmo un poco elevado o por qué,  se me queda un poco atrás y decidido seguir a mi ritmo solo para adelante. Empiezo a pensar la posibilidad de acabarla ya como una firme realidad, ya que sigo yendo estupendamente tanto de piernas como de respiración. Pronto llega una de las zonas más bonitas de la maratón y es el paso por la plaza de España entre el km 33 y 34. Al paso de tanto público y gente conocida, me empiezo a envalentonar de nuevo y vuelvo a aumentar el ritmo, cosa que no debía hacer en esos momentos y hago kilómetros muy cercanos a 3:35. Pasado esta zona y metidos en pleno centro de Sevilla, sobre el km 35, veo que aún aumentando el ritmo, que no se si iba a ser capaz,  y ya con la firme idea de acabar la maratón, no voy a conseguir bajar de 2 horas 40 porque tendría que correr bastante rápido lo que me faltaba, cosa que no veo ni posible ni adecuada, por lo que decido bajar un poco  el ritmo y acabar bien la maratón. A partir del kilómetro 35 me pongo en modo reserva a 4 minutos el kilómetro con la única idea de bajar el objetivo de esta temporada. Ya lo comenté en algunos años anteriores que ya mi objetivo en maratón es bajar de 2 horas y los minutos de mis años, es decir este año bajando de 2:43 me daba "con un canto en los dientes". Sé que eso en unos años será muy muy difícil y casi imposible pero mientras podamos, vamos a estar ahí.
Regulo el ritmo para conseguir ese objetivo y no acabar muy cascado. La maratón ya veía yo que se me iba a ir muy larga en distancia por el GPS, muy cercana a los 43 kilómetros por lo que sigo controlando más que por el ritmo, el tiempo que llevamos para conseguir esa marca. Pasamos por lugares mágicos de Sevilla: Alameda de Hércules, la Campana, la Giralda, los Reales Alcázares... sitios muy concurridos de público que me animan y me envalentono otra vez.  La llegada a meta era muy multitudinaria a diferencia del anterior recorrido y se agradece mucho tanto público en los kilómetros finales. Al final un crono de 2H42MIN40SEG me hace emocionarme sentirme maratoniano de nuevo, volver a pensar qué puedo correr a unos ritmos rápidos, para mí, de fácil manera en una maratón,  me emociono porque hace un año mi rodilla no aguantaba ni para correr detrás de Hugo y las expectativas eran muy malas, me emociono porque recuerdo todo el año y pico que me pase sin poder dar una zancada, me emociono por volver a ver a Filipides  y volverle a vencer una vez más. Pasado los avituayamientos finales y tomando la dirección a la furgoneta con la medalla colgada me emociono de nuevo, la miro me acuerdo de mi amigo Emilio que por circunstancias no pudo estar y esa medalla era suya, me emociono por todo el grupo de Valdigrejos que preparé para esta maratón  y que los iba a esperar para ver cumplir sus objetivos. El paseo hacia la furgoneta fue muy especial nunca lo olvidaré, iba muy contento y satisfecho de haber conseguido una marca que si la hubiera conseguido, en el objetivo de este año que era la maratón de Badajoz, igualmente habría estado contento, pero  esa marca, me la había ha encontrado aquí sin comerlo ni beberlo. Esto no quiere decir que en Badajoz tenga que estar por debajo de esa marca, pero sí sé que me quedan 5 semanas de entrenamientos duros, de más cuidados y más mimos y si Dios quiere voy a luchar por estar por debajo de esa marca y una vez más quedar contento y satisfecho.
Comí y me lavé un poco en la furgoneta y me fui a buscar a este grupo de entrenamiento tan maravilloso que llevo. Primero pasó Manuel luego Enrique y María, Raquel, Chusa y Marian y finalmente Isa, todos completaban los 42 km  y la mayoría de ellos por primera vez cosa que me emocionaba más aún y me hacía sentirme un poco más orgulloso y satisfecho. Tampoco me olvidaba de Alicia, que a pesar de ser baja de última hora estaba allí animando a todos, y se que tarde o temprano conseguirá acabar los 42km. También  recibíamos muchos ánimos todo el grupo de Cristina Emilio y Sandra en la distancia, y que sé que pronto tenemos retos que cumplir con ellos.

Como dice el refrán "no hay mal que por bien no venga" y después del gran disgusto del viernes, mi cabecita con esta ayuda se relajaba un poco se centraba y miraba las cosas de otra manera. Casi sin asimilar  el correr una maratón, el único objetivo ahora es sacar adelante el IV Trail Sierra de  María y Andrés para el 10 de marzo, sin descuidar los entrenamientos que nos faltan y acabar con el objetivo de la maratón de Badajoz.

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